Mi nombre es Karina Blanco y mi historia comienza en una calle tranquila de Murcia, bajo el sol de la Región. No crecí entre grandes pasarelas, sino rodeada de la tradición familiar: el sonido de las máquinas de coser, el aroma a tela nueva y la firme convicción de que las cosas bien hechas, con mimo, duran toda la vida. Ahí, entre hilos y patrones caseros, nació mi amor por la creatividad.

Lo que empezó como un simple juego de niña se convirtió, con el tiempo, en mi verdadera vocación. Estudiar diseño me dio las herramientas, pero fue la fusión de mi herencia murciana con un toque de inspiración andaluza —esa gracia especial, esa paleta de colores vibrantes— lo que realmente definió mi estilo. Decidí que no quería solo hacer ropa, sino crear piezas con alma.

Y así, con la valentía de una soñadora, abrí esta tienda online. Fue un acto de fe, un reto de trabajar incansablemente para llevar esa visión a la pantalla. Cada vestido, cada accesorio que selecciono o diseño, es un diálogo entre mis raíces y mi deseo de ofrecer algo distinto, especial.

Hoy, cuando veo que mis prendas viajan y se integran en el armario de mujeres en distintos lugares, sé que el esfuerzo vale la pena. Esta tienda es mi manera de compartir un pedacito de mi historia. Es la materialización de esa niña de Murcia que aún cree firmemente en la belleza de lo auténtico y que, desde el Mediterráneo, mira al futuro con ilusión.